Jamás pensé que aquel beso fuera tan mágico y electrizante, una sensación jamás vivida recorrió todo mi cuerpo de la cabeza a los pies y ya no pude dejar de amarte.
Fueron muchas las miradas, muchos fuegos que apagar, algunas lágrimas vertidas y tuvimos que perdernos para volvernos a encontrar.
Hablamos mucho para romper corazas y empezar a pensar un poco en nosotras. Apartar las opiniones a un lado, desprendernos de perjuicios que nos llovían sin más, y empezamos a construir un AMOR más SÓLIDO.
A día de hoy, siento que eres mi BENDITA CASUALIDAD. La Princesa de mis sueños.
Te Quiero, ratita.
Precioso, no entiendo como hay gente que no lo entiende.
ResponderEliminarEstoy contigo ¡fuera prejuicios!